Petroglifos Langar

En los alrededores de la aldea de Langar, enterrada en las poderosas montañas de Tayikistán, se ocultan más de 6.000 petroglifos, testigos de tiempos remotos y testimonio mudo de una cultura única. Talladas en crestas rocosas a más de 3.000 metros de altitud, estas imágenes son un notable monumento a la historia antigua, que golpea la imaginación con su misterio y belleza.

En los dibujos de los petroglifos, como revividos de la era pasada, aparecen cabras montesas, ciervos, cazadores con arcos y jinetes, impresos en la piedra hace siglos. Escenas de caza del íbice se entrelazan con imágenes de instrumentos musicales, como si dieran voz a tiempos remotos.

El primer grupo de petroglifos, situado a sólo 600 metros al norte de la escuela, es un artefacto único de una cultura antigua. Tallados en granito oscurecido por el sol, estos dibujos son como cuentos de hadas vivientes, que nos revelan los secretos del pasado y el sonido de antiguas melodías.

Los petroglifos de Langar no son sólo un complejo arqueológico único, sino también una especie de ventana al mundo de la cultura antigua de Asia Central. Nos recuerdan que la sabiduría y el arte de nuestros antepasados no sólo viven en libros y museos, sino también en las rocas, donde pueden verlos todos aquellos que buscan sinceramente comprender el pasado y respetar su patrimonio.